El Gobierno argentino calificó las movilizaciones violentas ocurridas el miércoles en el Senado como un «gran acto de sedición» y «golpe de Estado, entendido como se entiende en el siglo XXI». El portavoz de la Presidencia, Manuel Adorni, mencionó que se está desgastando al Gobierno para perder legitimidad. Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, logró reprimir la protesta violenta para «resquebrajar la democracia».
Los senadores argentinos aprobaron la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, presentada por el Ejecutivo de Javier Milei para modernizar y dinamizar Argentina con un enfoque en el liberalismo económico. Adorni elogió la aprobación de la ley en la Cámara Alta y contrastó el éxito legislativo con las movilizaciones de sindicatos y movimientos de izquierda en Buenos Aires.
En las acciones violentas, 31 personas fueron detenidas en la plaza del Congreso. Adorni afirmó que se analizarán las imágenes y aquellos responsables enfrentarán la pena máxima. Se destaca la importancia de manifestar el descontento de manera genuina, pero condenando la violencia.
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