David Moreno, el «niño grande» de la televisión que ha dado su sitio a los ‘olvidados’: «Ellos son magia. Están sin corromper por la sociedad»

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Antes de continuar leyendo, si usted tiene niños en casa en edad de hacer trastadas pregúnteles quién es David Moreno. Seguramente, su respuesta le sorprenderá, primero, porque usted no tiene ni idea de quién es y, segundo, porque a los niños a los que se lo pregunte se les va a iluminar el rostro. Y es que David Moreno es ahora lo que era hace 40 años Alaska en La Bola de Cristal, Miriam Díaz Aroca en Cajón desastre, Leticia Sabater en A mediodía alegría o María Luisa Seco y Manolo Portillo en Un globo, dos globos, tres globos.

David Moreno es ahora mismo quien está al frente del único programa infantil con presentador y producción propia que se emite en la televisión lineal, exactamente, en Boing. Él es el inquilino principal de La casa de los retos, el programa que ha fascinado a niños y padres; el programa que mantiene lo que parece que a muchos se les ha olvidado en este mundo televisivo: los niños también existen, los niños también quieren sus programas y los niños, aunque muchos lo rechacen, aprenden de la televisión.

Tanto es así que La casa de los retos culminó la temporada pasada -acaba de estrenar la sexta- como el programa infantil de producción propia más visto entre los niños en los canales temáticos, con una media del 17,1% de share entre los espectadores de 4 a 12 años, su segunda mejor marca de temporada en su historia. Es decir, sí, los niños ven la televisión y la ven cuando algo es sólo para ellos. Y eso David Moreno lo tiene tan claro que cuando le ofrecieron ser el presentador de La casa de los retos, aparte de cumplir uno de sus grandes sueños, se enfundó el traje de la responsabilidad y de la diversión, porque sí las dos cosas pueden ir en la misma frase y, por supuesto, en el mismo programa.

La casa de los retos
David Moreno, con decenas de familias en la gran fiesta de La casa de los retos.MEDIASET

Eres presentador, cantante, actor, periodista e incluso escritor. Capitaneaste Toc toc… ¿se puede?, en Telemadrid, fuiste reportero de Todo es mentira, en Cuatro y también trabajaste como redactor de La última cena, Hormigas blancas y Sálvame, en Telecinco. Y ahora una nueva temporada de La casa de los retos. ¿Qué te queda por hacer?
Ser biólogo como Ana Obregón y ya estaría todo (Ríe). Me encantaría hacer concursos para adultos en la televisión generalista.
Cuando te pusiste al frente de La casa de los retos, ¿pensaste que podríais llegar a una sexta temporada?
Cuando lo hice era como todo súper inconsciente. Estaba en Todo es mentira y conocía el programa que se hacía sin presentador, Y entonces entré yo y ya vi que tenía continuidad y que el público lo quería. Pero no me imaginé que fuera tan heavy.

El éxito de La casa de los retos, tal y como lo recuerda David Moreno, comenzó cuando la pandemia. Entonces se grabó la primera temporada «y nos encerraron», recuerda el presentador. «Algunas cosas las grabé en casa y, es verdad, que tardó en emitirse más de lo previsto. Era como ‘bueno a ver qué tal esto, a ver cómo funciona’, pero la acogida fue tan brutal, de los niños, de la familia, en un momento en el que había que apostar por la diversión en familia. Juntar a los padres y a los hijos«.

«Los protagonistas son sólo los niños. Son magia. Están si corromper por la sociedad. Y eso también dice mucho de los padres»

Esa es una de las claves de La casa de los retos. Aparte de ser el único programa en el que hay un presentador que se dirige directamente a los niños, es el único que junta a los padres con los hijos, que potencia eso que parece haberse olvidado de que no tenemos hijos para que se entretengan con un móvil o una tablet y nos dejen en paz, sino para disfrutar de ellos, para compartir cosas con ellos, para divertirnos juntos… Por eso, la siguiente pregunta es tan importante.

Cómo se consigue seguir siendo un «niño grande» en una sociedad que nos arrastra tan rápido a convertirnos en adultos.
Hay que lidiar con ello. Me divierto con todo, disfruto con todo, es mi trabajo soñado. De pronto es súper variado. Puedo escribir en un periódico, puedo escribir un libro… Yo estoy deseando que lleguen las ocho y media de la tarde para ver el programa. Soy muy disfrutón, y si algo no me gusta no lo hago.
¿Pesa mucho ser un referente para los niños? ¿Hasta dónde llega tu grado de responsabilidad?
Soy súper responsable conmigo mismo. Soy consciente de que si llevo una ropa de marca el niño que me esté viendo la va a querer, y no todos los niños pueden. Si llevo un pendiente en la oreja, lo van a querer también. Tiene que ser una imagen blanca, que no quiere decir que sea aburrido ni que no sea comprometida, pero una imagen blanca.

Durante la charla David Moreno hace memoria para recordar cómo era la televisión cuando él era pequeño. Recuerda el día que aparecieron en un programa de nuestra televisión las Spice Girl, «una de ellas llevaba un chándal de Adidas yo quería ese pantalón fuese como fuese». «No tiene porque ser malo, pero desde la producción cuidan todos los detalles para no influir ni influenciar a los peques», explica.

La casa de los retos
David Moreno, con algunos de los concursantes de La casa de los retosMEDIASET

Lo hace también en sus redes sociales. Ahora la televisión no es sólo encenderla, ver el programa que te gusta y aquí paz y después gloria; ahora las redes sociales forman parte de ese mundo televisivo. David Moreno es tan consciente de ello que hasta en eso se dejar llevar por esa responsabilidad casi obsesiva: «En mis redes sociales no publico la misma cosas que si no estuviera en La casa de los retos. Soy súper consciente de que los niños tienen que estar en las redes sociales. Por eso, ese tipo de cosas las llevo muy a rajatabla, porque depende de nosotros proteger la infancia».

«Lo tengo muy automatizado», continúa. «Ni bebo alcohol, ni salgo de fiesta, ni hago cosas que se salgan de lo normal. No me da miedo que me graben porque todo se puede ver. No hay nada que no pudiese enseñar. Si quiero comentar cosas políticas me freno un poco porque quiero que todos se sientan cómodos», sentencia

La casa de los retos es el único programa infantil con presentador y producción propia que queda en televisión, ¿qué ha pasado para que la televisión generalista, a excepción de tu programa, se haya olvidado de los niños?
No lo sé. Sois muchos los que me lo preguntáis. Yo estoy encantado con esa televisión de siempre, esa televisión que está más viva que nunca y que es más necesaria que nunca. Las redes están muy bien, pero yo no sé por qué el modelo de televisión ha cambiado. Los canales se fragmentaron y cada uno vamos a nuestro canal favorito. Yo sé dónde está lo que me gusta y eso hace que perdamos la noción de lo que hay en otras cadenas. Ser el único presentador infantil me llena de orgullo. Es una pasada.
Padres jugando con sus hijos completamente desinhibidos, ¿eres conscientes de que esto ya es de por sí un éxito del programa?
En el momento en que cruzan la puerta de La casa de los retos dejan de ser adultos y se convierten en niños. Y ven que todos en el equipo somos niños grandes. Todo es un juego. Es como irte a pasar un día al parque Warner.
¿Qué aprendes de los niños?
Tengo la suerte de que no son mis hijos. Es decir, tengo sólo la parte buena de ellos. Una vez me dijeron que era como el tío favorito de muchos niños de toda España. Me ven como un referente que les divierte. De ellos aprendo compañerismo, humildad, deportividad. El casting de La casa de los retos está tan bien hecho. Tenemos a los que tienen el corazón más grande. Los protagonistas son solo ellos. Son magia. Están si corromper por la sociedad. Y eso también dice mucho de los padres.
Prensa24.es