Laura Burdese, directora ejecutiva adjunta de Bvlgari: «Quien se acerca a la joyería busca la elevación de la vida»

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En el oro amarillo brillan los colores del atardecer de Roma, «radiantes y cálidos». La nueva directora ejecutiva adjunta de Bvlgari -hasta ahora, vicepresidenta de su marketing y comunicación- evoca la luz romana cuando explica el origen del metal con el que nació la firma. «Ahora es tendencia, pero nosotros lo hicimos cuando las casas de joyería solo usaban platino». En su último lanzamiento, la colección Tubogas renace con diamantes y piedras preciosas, dispuesta a envolver de nuevo, sinuosa, las curvas del cuerpo.

El anuncio de su ascenso mencionaba que se trataba de un paso más para convertir a Bvlgari en la experiencia de lujo más deseada del mundo. ¿Cómo?
Mi objetivo es continuar con la elevación de la marca siguiendo tres caminos: elevarla con más profundidad, con iniciativas que hablan de nuestros valores, como la Fundación, cuyo arranque anunciamos en marzo. Es una declaración de intenciones poderosa: Bvlgari quiere un futuro más fuerte para las generaciones venideras. Este tipo de iniciativas o el mecenazgo o las actividades humanitarias, como nuestros proyectos con Save the Children, alimentan el sueño de forma enriquecedora. Por otra parte, queremos iconizar los principales símbolos de la casa, como Serpenti o B.zero1. Y el tercero: conectar con nuestro cliente final con mayor autenticidad.
¿Es esa la receta para instalarse como objeto de deseo en la imaginación global?
Es la nuestra. Hagas lo que hagas, te tienes que mantener fiel a ti mismo. Debes tener muy claro quién eres, qué defiendes, cuál es el legado que heredas y que dejas. Y decidir cómo quieres narrarlo de manera contemporánea y llena de significado. Al final, la joyería está compuesta por piezas de emociones: vendemos sueños.
¿Qué rol tienen las celebrities?
Las mujeres extraordinarias están en el centro de nuestra firma. Desde el inicio han sido inspiración y clientas. Hablo de las más libres del siglo pasado, desde Liz Taylor a Monica Vitti. Desde que el cine se convirtió en icono del glamour con la idea de la dolce vita, se empezó a trabajar con celebrities como embajadoras de las marcas. Entonces se produjo el cambio de inspiración a clientas y embajadoras. Buscamos a celebrities con las que compartimos una visión del mundo. Cuando se ven estas piezas, que son obras de arte, sobre ellas, se crea una conexión emocional inmediata. Las embajadoras son muy diversas en sus etnias y edades. Muestran la inclusividad del corazón de Bvlgari: siempre ha sido una marca basada en el concepto filosófico de lo que podemos llamar la Roma universal. Desde su fundación se convirtió en una de las ciudades más inclusivas del mundo. Todos procedían de otras ciudades y provincias, incluso los emperadores romanos. Hay capas de riqueza en cada esquina, en cada persona. Esa idea la queremos expresar a través de nuestras embajadoras, desde Priyanka Chopra, de India, a Lisa, de Corea. Todas encarnan la apertura de Roma y de Bvlgari.
El nuevo lanzamiento de la colección Tubogas incluye tachuelas de diamantes y el sello de la casa: piedras de colores vibrantes.
El nuevo lanzamiento de la colección Tubogas incluye tachuelas de diamantes y el sello de la casa: piedras de colores vibrantes.

¿Cómo se mantiene el lujo en equilibrio en un mundo en tensión?
Somos, de alguna forma, malabaristas. Una marca como la nuestra está presente de manera global y nuestra huella de carbono es limpia. Procuramos mantener el equilibrio en todos los países en los que estamos presentes, de forma que si uno cierra por tensiones económicas o políticas, podemos trabajar en regiones más estables. Este equilibrio global es importante. Y nos hace pensar en el mundo de una manera ética. La Fundación, por ejemplo, es nuestra forma de reconocer que vivimos en un mundo en desequilibrio, social y económicamente en peligro. Es triste. Esta visión multifacética nos permite la flexibilidad en caso de imprevisto. Y, por otra parte, queremos devolver a las comunidades con las que trabajamos y hacerlo de manera sostenible y responsable. La Fundación es el pináculo para un futuro formidable. Las iniciativas de mecenazgo y filantropía son nuestra manera de contribuir al futuro mejor que el mundo necesita.
¿Qué enseña la creación de joyas sobre el espíritu humano y sus deseos?
Que se trata, sobre todo, de algo emocional. No vendemos productos, sino sueños. Sé que todo el mundo lo dice, pero es cierto. La conexión es emocional. En las necesidades psicológicas, emocionales y sociales, como seres humanos buscamos la elevación de la vida. Queremos crecer y desarrollarnos. Hay muchas razones por las que alguien se acerca a la joyería, pero probablemente tienen que ver con la búsqueda de la elevación de la vida. Cuando se regala una joya, queremos eternizar un recuerdo exacto, un logro, un momento vital. Y, por otra parte, se trata de algo que pasa de una generación a otra. Lo compras por el deseo humano, pero también porque es una inversión atemporal y segura.
¿Qué valor tiene el localismo?
Para nosotros, muchísimo. Siempre lo ha tenido. Estamos arraigados en Roma. Y somos romanos en el sentido universal y filosófico, no solo en el geográfico. Lo inspira todo. Roma es un símbolo de inclusividad. Todos aportaban algo cuando llegaban. Por eso decimos que Roma tiene capas, como los seres humanos, en quienes se estratifican las experiencias. Y Bvlgari está en Italia, cuya artesanía es clave. Casi todo se produce allí, en zonas especializadas, con el saber hacer adecuado. Los relojes, en Suiza, por su maestría. La localización es sinónimo de excelencia, de lugar de origen y autenticidad. Implica valores tangibles e intangibles que necesitan ser protegidos.
(function () {
// Polyfills
if (!Element.prototype.matches) {
Element.prototype.matches = Element.prototype.msMatchesSelector || Element.prototype.webkitMatchesSelector;
}

if (!Element.prototype.closest) {
Element.prototype.closest = function (s) {
var el = this;
do {
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el = el.parentElement || el.parentNode;
} while (el !== null && el.nodeType === 1);
return null;
};
}

if (typeof Object.assign !== ‘function’) {
// Must be writable: true, enumerable: false, configurable: true
Object.defineProperty(Object, ‘assign’, {
value: function assign (target, varArgs) { // .length of function is 2
‘use strict’;
if (target === null || target === undefined) {
throw new TypeError(‘Cannot convert undefined or null to object’);
}

var to = Object(target);

for (var index = 1; index *’;
var ATTRS = {
cxId: ‘data-ue-cxid’,
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isBasic: ‘data-ue-is-basic’,
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};

// Methods
var breaksRule = function (nodeList, index) {
var originalElement = nodeList[index]; /** It checks whether rootNode has two previous paragraphs or not */
var pLength = nodeList.filter(function (node) {
return node.tagName.toLowerCase() === ‘p’;
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if (pLength.length 0) {
return;
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g.originalElement.parentNode.removeChild(g.originalElement);
g.childs[g.index].insertAdjacentElement(‘beforebegin’, widget);
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var createNode = function (cxid, data) {
var div = document.createElement(‘div’);
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for (var key in data) {
var value = data[key];
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.filter(function (a) { return a === ‘data-‘ + dashed; })[0];

if (!found) {
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var getFilteredGroups = function () {
var elements = selectElements(ORIGINAL_ELEMENT_SELECTOR);

var groups = elements.map(function (node) {
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var childs = selectElements(CHILDS_SELECTOR, container);
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return {
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cxId: cxId,
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return group.container &&
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group.childs.length > 0 &&
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if (nodesInContentBody[i] === originalElement) {
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return index – 2;
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return -1;
}
index++;
}
return -1;
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var selectElements = function (selector, container) {
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(container || document).querySelectorAll(selector),
function (x) { return x; }
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return elements;
};

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const event = new CustomEvent('piano-update-cx-widgets');
document.dispatchEvent(event);
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window.addEventListener('DOMContentLoaded', update);
document.addEventListener('nc-urlChanged', update);
})();

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