El gobierno de Javier Milei anunció este lunes su decisión de disolver el organismo público de Hacienda, la Administración Federal de ingresos Públicos (AFIP), para sustituirlo por una estructura «más simple, más eficiente, menos costosa y menos burocrática».
«A partir de hoy, la AFIP dejará de existir», dijo el portavoz presidencial, Manuel Adorni, que abundó en detalles: «Se van a reducir 45 por ciento las autoridades superiores, casta política, y un 31 por ciento los niveles inferiores de la estructura actual. «Es decir, en total se van a eliminar el 34 por ciento de los cargos públicos».
«Además van a reubicarse y pasar a disponibilidad unos 3.100 empleados que ingresaron durante el último gobierno, entendemos, de manera irregular», añadió Adorni.
Según el portavoz de la presidencia argentina, el ahorro presupuestario será de «6.400 millones de pesos al año» (unos seis millones de euros) e implica el despido de más de 3.000 empleados públicos.
La disolución de la AFIP es coherente con el ideario de Milei, que se presenta a sí mismo como «el primer presidente liberal libertario de la historia». El presidente argentino, ya ejerciendo su cargo, llegó a definir como «héroes» a los que evaden impuestos: en su mundo ideal, el Estado no debería existir; en el real, el Estado debe ser lo más pequeño posible.
Así, la AFIP será sustituida por un organismo bautizado como Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), que subsume las funciones de la antigua AFIP y las de la Aduana, históricamente uno de los grandes focos de corrupción en el Estado argentino.
«La creación de ARCA tiene como objetivo la reducción del Estado, la eliminación de cargos innecesarios, la profesionalización del ente, la destrucción de los circuitos corruptos, y la mejora en la eficiencia de la recaudación y el control aduanero, eliminando los privilegios del pasado y optimizando la gestión pública», aseguró la Casa Rosada.
Según el gobierno, la estructura de sueldos de la AFIP era intolerable. Su directora, Florencia Misrahi, que dirigirá ARCA, gana 32 millones de pesos (30.000 euros) al mes. Milei, como presidente, ronda los 4.500 mensuales.
La desburocratización y achicamiento del Estado, en el contexto de una amplia desregulación de la economía, es un objetivo prioritario para Milei, que delegó ese trabajo en Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, al que el presidente define insistentemente como un «coloso».
