Sabotaje en la casa de Gran Hermano

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La casa de Gran Hermano 19 lleva dividida prácticamente desde la primera semana de reality. Dos habitaciones, la rosa y la azul; dos grupos; y un enfrentamiento que ha ido abriendo un gran abismo entre los concursantes de Gran Hermano, que ya parece insalvable y que ha llegado al punto de preferir dejar «a los otros» (y a todos) sin comida antes de permitir que se lleven el codiciado poder del Big Bro, que permite salvar a un nominado.

La prueba de esta semana es una de las más difíciles de Gran Hermano, pues hay que permanecer despiertos, contar las horas de un reloj y no despistarse ni medio segundo. Las normas del Big Bro son claras: el mejor de la prueba se lleva el poder. ¿Cómo se destaca en una prueba como esta para ser el mejor? Haciendo más tiempo que los demás.

La habitación azul está marcada desde el minuto uno de Gran Hermano. En ella duermen Laura, Manuel, Edi, Óscar, Ruvens, Juan y Adrián, mientras que en la rosa están Vanesa, Javier, Daniela, Maica, etc. Dos grupos completamente separados, cuyo principal objetivo desde hace varias semanas es ir unos contra otros. Especialmente, contra Vanesa y Javier. El matrimonio tiene la diana puesta. Quieren que salgan, y colocarlos en la palestra o facilitar que sean los más votados por el público para que se vayan, es casi una obsesión.

Y ha sido esa obsesión la que llevó a la habitación azul a buscar una estrategia para que alguien de esa habitación consiguiera el Big Bro, pudiera salvar a Lucía, una de las nominadas, y se quedaran Javier, Vanesa y Daniela. Su estrategia era clara: ir arañando minutos para que los miembros de esa habitación hicieran más veces el «pajarito cucú» en el reloj. Pero cometieron un error: decírselo a Adrián.

Fue Edi quien propuso cómo hacerlo para que se llevasen ellos el Big Bro, pero les salió un topo. Ni Juan ni Adrián estaban de acuerdo con el plan. Juan guardó silencio, pero Adrián, que juega a dos bandas «por el interés te quiero, Andrés» (es decir, por su obsesión con Maica), fue raudo y veloz a delatar a sus compañeros de habitación en un intento por ganar puntos con Maica, quien, por cierto, se ha ido al Gran Hermano Fratello en el clásico intercambio de concursantes. Lo que Adrián no sabe es que, por mucho que traicione a sus compañeros, Maica pasa olímpicamente de él.

Adrián fue directo a Maica y le relató lo que habían planeado. Maica, cansada de las estrategias de la habitación azul cada semana para hacerse con el poder del Big Bro, se lo contó al resto de la habitación rosa. Decidieron jugar al mismo juego que ellos: quedarse despiertos, aguantar y vigilarlos. Sin embargo, entraron en acción Vanesa y Javier, y con ellos no hay bromas.

Fueron Vanesa y Javier quienes propusieron buscar las normas de la prueba y «boicotearla». Es decir, que nadie ganase, que la dieran por perdida y, de esa manera, que quedase anulada y, por tanto, el Big Bro también. Primero se les ocurrió dar una patada a los relojes que tenían para ir contando el tiempo y mandarlos a tomar por saco. Pero Vanesa, muy lista, le dijo a su marido que así no, consciente de que la imagen de alguien tirando los relojes por el aire iba a ser más dañina que dejarlos sin comida. Después, se le ocurrió leerse las normas y buscar el resquicio por el que cargarse la prueba.

¡Ay, alma de cántaro! La prueba podía quedar anulada, pero el Big Bro… es otra cosa. Aun así, lo planearon: agarraron las normas, se las leyeron, se las releyeron y prepararon los pasos para reventarla. Pero la habitación azul se enteró y todo estalló por los aires.

Obviamente, una cosa es hacer estrategias para llevarse el premio gordo y otra muy diferente es hacer estrategias siendo consciente de que, si se reventaba la prueba, todos los habitantes de la casa se quedarían sin comida, excepto… Efectivamente, Vanesa, pues ella tiene asegurada su ración proteica diaria.

La bronca fue monumental. Lo que no sabían es que Gran Hermano estaba al tanto de todo y que la organización no iba a permitir que se sabotease una prueba. ¿Querían leche? Pues Gran Hermano les iba a dar dos tazas.

La clara advertencia de Ion Aramendi en Gran Hermano

Fue Ion Aramendi quien avisó de lo que iba a ocurrir nada más comenzar anoche El Debate de Gran Hermano. La organización había sido consciente de que los concursantes no sólo estaban haciendo trampas, sino que querían reventar la prueba semanal, y había tomado medidas.

«Siempre os decimos que la estrategia forma parte del juego, pero siempre os decimos que hacer trampa e ir en contra del espíritu de la prueba tiene consecuencias. Esa consecuencia es la siguiente: esta semana vuestro presupuesto semanal es de cero euros», les anunció el Súper. Todos, menos Vanesa, obviamente, se quedaron patidifusos. Lo cierto es que no hubieran superado la prueba, pues sólo podían tener 33 fallos y tuvieron 95, pero se han quedado sin nada de dinero para subsistir, más que con la fruta que la organización de Gran Hermano les da.

Y hay que sumar algo más: la semana pasada ya perdieron la prueba y se quedaron con el presupuesto mínimo. Es decir, deben tener la despensa como si hubiese pasado un huracán. ¿Y qué pasa en Gran Hermano cuando falta la comida? Pues que se lía, pero bien liada. Y con el horno para pocos bollos, verás la que se va a liar. Y todo por querer hacer trampas y olvidar que en Gran Hermano se ve todo.

Ion Aramendi, muy enfadado, y mira que es difícil ver a Ion Aramendi cabreado, se lo repitió: «Lo habéis oído bien: cero euros. Como os ha dicho el Súper, jugar con estrategias sí, pero ante todo, juego limpio. La prueba la habéis perdido todos. Y todos tenéis presupuesto cero».

¿Qué quiere decir eso? ¿Que Vanesa tampoco tendrá sus raciones proteicas? Por mucho que ella necesite otro tipo de alimentación por sus problemas alimenticios, ella, junto a su marido, fue la que decidió boicotear y reventar la prueba. Todos, incluida ella, tienen que asumir las consecuencias, porque si no es así, ¿quién asegura a Gran Hermano que la próxima vez que se vea en la palestra no vuelva a hacer lo mismo?

Prensa24.es