Ni ‘vago’, ni ‘desmotivado’: Los mensajes que se pueden extraer de los suspensos de tu hijo
Reflexiones y consejos para afrontar las malas calificaciones de tus hijos
En no pocos hogares, las notas de fin de curso 2024-25 han sido una sorpresa desalentadora. Tras meses de esfuerzo y sacrificio, tanto por parte de los estudiantes como de sus familias, las malas calificaciones han generado preocupación y frustración. Ante esta situación, es fundamental abordarla con sensibilidad y comprensión, evitando etiquetas dañinas como ‘vago’ o ‘desmotivado’ que solo empeoran la situación.
La psiquiatra Ana Isabel Sanz, directora del Instituto Psiquiátrico Ipsias, nos recuerda la importancia de no precipitarnos a juzgar a nuestros hijos, sino más bien a sentarnos juntos, dialogar y analizar los posibles desafíos que han surgido. Es crucial reconocer el esfuerzo realizado y, si es necesario, identificar estrategias para mejorar.
Revisar el proceso y encontrar soluciones
Beatriz Bacaicoa, profesora de Bachillerato del Colegio Europeo de Madrid, destaca la importancia de revisar el proceso de aprendizaje en conjunto, valorando el esfuerzo y buscando maneras de mejorar de manera constructiva. Cada estudiante tiene un estilo de aprendizaje único, y en ocasiones, la clave no está en la falta de motivación, sino en la estrategia utilizada.
- ¿Cómo estudia tu hijo?
- ¿Cuánto tiempo dedica al estudio?
- ¿Qué métodos le resultan efectivos?
Es fundamental adaptar las herramientas educativas al estilo de aprendizaje de cada estudiante. Una mala nota puede ser una oportunidad para ajustar el enfoque y no una sentencia definitiva.
Factores a considerar más allá de la falta de rendimiento
Es importante también tener en cuenta posibles factores externos que puedan estar afectando el desempeño académico de tu hijo, como situaciones estresantes o limitaciones cognitivas. La directora de orientación educativa en VIU, Ana Belén Pardo Salamanca, resalta la importancia de detectar a tiempo cualquier dificultad que pueda estar interfiriendo en el aprendizaje.
En caso de persistir los problemas de rendimiento a pesar del esfuerzo dedicado, es fundamental descartar la posibilidad de un trastorno del aprendizaje. La detección temprana y la intervención adecuada son clave para evitar el fracaso académico y proteger la autoestima del estudiante.
Abordaje integral y apoyo especializado
Ante dificultades persistentes en el progreso académico, es fundamental evitar etiquetas y trabajar en colaboración con profesionales de la educación. No se trata de juzgar, sino de comprender las necesidades individuales de cada estudiante para potenciar su desarrollo.
En palabras de Ana Isabel Sanz, directora del Instituto Ipsias, es esencial considerar la posibilidad de dificultades específicas que requieran evaluación y atención especializada. Actuar de manera preventiva y comprensiva minimiza el impacto emocional en el desarrollo del estudiante.
Conclusión
Ante malas calificaciones, es fundamental mantener la calma, fomentar el diálogo y buscar soluciones efectivas en conjunto. Evitar etiquetas peyorativas y trabajar desde la comprensión y el apoyo puede convertir una situación desafiante en una oportunidad de crecimiento y aprendizaje tanto para los estudiantes como para sus familias.