Sijena: Los desafíos del traslado de las pinturas murales según el MNAC
Un análisis detallado de los riesgos y obstáculos involucrados
En un contexto marcado por conflictos bélicos y la urgencia de preservar el patrimonio histórico, surge el desafío de trasladar las pinturas murales de Sijena desde el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) de vuelta al Real Monasterio de Santa María de Sijena. ¿Cuáles son los riesgos reales de este proceso según los expertos?
Simona Sajeva, reconocida experta en conservación de pintura mural, señala que actualmente las pinturas no corren peligro inminente, lo que permite tomar decisiones informadas. Sin embargo, el traslado plantea una serie de desafíos técnicos y logísticos que deben ser abordados con cautela y precisión.
El desmontaje meticuloso: un reto milimétrico
El proceso de separar las pinturas de sus actuales estructuras presenta dificultades, ya que no es viable separar la pintura de la tela y la tela de la madera. Esto implica transportar las estructuras en su totalidad, lo que requiere un cuidadoso desmontaje y posterior embalaje para garantizar la integridad de las obras.
La conservadora Rosa Maria Gasol y Fargas advierte sobre la complejidad de esta tarea, que debe realizarse sin dañar las piezas, considerando las lesiones preexistentes y las transformaciones sufridas durante el incendio original.
El trayecto: desafíos por tamaño y fragilidad
El traslado de las pinturas a lo largo de 250 kilómetros plantea la necesidad de un transporte especializado que minimice las vibraciones y riesgos para las obras. La fragilidad extrema de las pinturas exige una cuidadosa planificación logística para evitar daños durante el trayecto.
Es crucial considerar que las condiciones de transporte deben cumplir con los nuevos estándares de conservación para preservar la integridad de las pinturas durante el traslado a Sijena.
Requisitos en Sijena: adecuación y conservación
Una vez en el monasterio, se plantean desafíos adicionales, como la necesidad de adecuar las instalaciones para controlar el ambiente y la exposición de las pinturas a factores como la humedad, la luz solar y las condiciones medioambientales. El control meticuloso será esencial para garantizar la preservación a largo plazo de las obras.
El remontaje de las pinturas dentro del monasterio también requiere un enfoque cuidadoso y preciso, considerando las distintas hipótesis planteadas por los expertos para garantizar la estabilidad y conservación de las obras una vez reinstaladas en su ubicación original.
Conclusión: ¿Vale la pena el riesgo?
Ante la complejidad y los desafíos técnicos involucrados en el traslado de las pinturas murales de Sijena, surge la pregunta crucial: ¿merece la pena correr el riesgo de dañar estas valiosas obras? A pesar de las posibilidades técnicas, la improbable ejecución sin contratiempos plantea dudas sobre la viabilidad y conveniencia de dicho traslado.
La cautela y la ponderación de los riesgos son fundamentales en la toma de decisiones, considerando la importancia de preservar el patrimonio cultural con la máxima integridad posible. ¿Será el traslado un milagro o un riesgo innecesario?