El arzobispo emérito de Urgell a su diócesis: “Sois vosotros quienes me habéis hecho obispo”
Joan-Enric Vives se despidió este sábado tras 24 años de ministerio episcopal
En un emotivo discurso de despedida, el arzobispo emérito de Urgell, Joan-Enric Vives, expresó su profunda gratitud hacia la diócesis que lo vio crecer y lo acompañó a lo largo de su trayectoria eclesiástica. Con 24 años de servicio como obispo, Vives destacó el papel fundamental que la comunidad religiosa tuvo en su vocación y labor pastoral.
“Sois vosotros quienes me habéis hecho obispo”, afirmó Vives, reconociendo el apoyo incondicional y la fe de los fieles que lo acompañaron en cada paso de su camino. Sus palabras resonaron con emotividad en la catedral de la Seu d’Urgell, donde congregados, se despidieron de un líder espiritual que dejó una profunda huella en la diócesis.
Un legado de cercanía y humildad
Durante su extensa labor como arzobispo, Joan-Enric Vives se destacó por su cercanía con los feligreses y su humildad en el ejercicio de su ministerio. Su compromiso con los valores cristianos y su dedicación a los más necesitados lo convirtieron en un referente de la Iglesia en Cataluña y más allá.
La importancia del diálogo y la compasión
Vives promovió activamente el diálogo interreligioso y la construcción de puentes entre diferentes comunidades, enfatizando la importancia de la comprensión mutua y el respeto por la diversidad. Su labor pastoral estuvo marcada por un profundo sentido de compasión y solidaridad con aquellos que más sufren.
Un ejemplo de servicio desinteresado
El arzobispo emérito de Urgell demostró a lo largo de su carrera que el verdadero liderazgo se basa en el servicio desinteresado y la entrega a los demás. Su legado perdurará en la memoria de aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo y ser guiados por su sabiduría y ejemplo.
Un adiós con gratitud y esperanza
Con un corazón lleno de gratitud y una mirada puesta en el futuro, Joan-Enric Vives se despidió de su diócesis dejando un mensaje de esperanza y renovación espiritual. Su legado perdurará en cada uno de los corazones que tocó con su amor y dedicación a lo largo de sus años de servicio.
En resumen, la partida del arzobispo emérito de Urgell, Joan-Enric Vives, es un recordatorio de la importancia del amor, la humildad y la entrega en el camino de la fe. Su legado perdurará en la historia de la diócesis y en la memoria de aquellos que tuvieron el privilegio de ser guiados por su ejemplo. Que su partida sea un llamado a seguir sus pasos con la misma pasión y compromiso por el bien común.