El martes, las redes sociales de la San Silvestre Vallecana y la Real Federación Española de Atletismo anunciaron con profunda tristeza el fallecimiento de Jesús Hurtado, un nombre que quedará grabado en la historia del atletismo español. A los 96 años, nos dejó el ganador de las dos primeras ediciones de la emblemática carrera madrileña en 1964 y 1965.

Jesús Hurtado, un hombre que vivió una vida marcada por la superación y la pasión por correr, comenzó su camino en el atletismo siendo un joven prometedor. Huérfano de padre desde los siete años y procedente de una familia modesta de cinco hermanos en Tetuán, Hurtado encontró en el correr un escape, un sueño por perseguir. Su legado va más allá de las pistas, demostrando que la determinación y el esfuerzo pueden llevar a cumplir los sueños más grandes.

El legado de una leyenda del atletismo español

Con más de cuarenta años ligado a la sección de atletismo del Real Madrid, Jesús Hurtado no solo se destacó en la San Silvestre Vallecana, sino que también brilló en los Campeonatos de España de atletismo, obteniendo once medallas y varios campeonatos nacionales en los años 60. Además, batió récords nacionales en distancias como los 5.000 y 10.000 metros, dejando su huella imborrable en la historia de este deporte en España.

La grandeza de la sencillez y la bondad

Más allá de sus logros deportivos, Jesús Hurtado será recordado por su humildad y bondad. Su legado va más allá de las pistas, llegando al corazón de aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo. En sus propias palabras, Hurtado nos deja una enseñanza eterna: «Hay que ser buena persona, los atletas lo son. Yo he tratado con miles, nunca me falló ninguno». Una lección de vida que perdurará en la memoria de todos los que aman el atletismo y la grandeza del espíritu humano.

Un adiós a una leyenda

En resumen, la partida de Jesús Hurtado deja un vacío en el mundo del atletismo, pero su legado perdurará como un faro de inspiración para las generaciones futuras. Su historia de superación, esfuerzo y bondad nos recuerda que los verdaderos campeones no solo se miden por sus victorias en la pista, sino por el impacto positivo que dejan en los corazones de quienes los conocen. Descansa en paz, Jesús Hurtado, eterno campeón de la San Silvestre Vallecana y de la vida misma.