La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha lanzado una contundente llamada a la acción, exigiendo a sus Estados Miembros que redoblen sus esfuerzos para combatir la «pandemia» de los siniestros viales. Si no se actúa con mayor firmeza, la próxima década sumará 13 millones de víctimas mortales y 500 millones de lesionados en las carreteras del mundo, según advierte la ONU en el marco del II Plan Global de la Década de Acción por la Seguridad Vial 2021-2030, vinculado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Las cifras actuales son alarmantes: cada año, 1,3 millones de personas mueren y 50 millones sufren lesiones graves a causa de accidentes de tráfico. Este problema, que persiste al menos desde 1896, cuando se registró el primer atropello mortal en Londres, demanda una respuesta global urgente.

Medidas propuestas por la ONU y la Fundación MAPFRE

Fundación MAPFRE ha valorado positivamente que esta segunda década por la seguridad vial esté «más orientada a la acción». De las 65 nuevas medidas propuestas por la ONU, MAPFRE destaca aquellas que promuevan un aumento de la financiación pública y una mayor implicación del sector privado. Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE, aboga por involucrar a los jóvenes como actores clave y por reconocer explícitamente la movilidad segura como un «derecho humano fundamental y un bien común social».

El informe también destaca que los hombres asumen más riesgo en la conducción que las mujeres, mientras que estas últimas pierden la vida mayoritariamente cuando son peatones o pasajeras. Las regiones con ingresos medios y bajos concentran 9 de cada 10 fallecidos por tráfico.

Impacto en la sociedad y en el desarrollo sostenible

Si no se toman medidas más contundentes, además de aumentar el número de fallecidos y lesionados, se verán afectadas las secuelas psicológicas y las repercusiones económicas, obstaculizando el desarrollo sostenible de los países, especialmente aquellos con menores ingresos. La movilidad segura se convierte en un factor determinante para alcanzar otros objetivos como el acceso a la educación, el empleo y la equidad social.

El nuevo plan de la ONU busca incrementar la financiación y la capacitación en seguridad vial, así como incorporar una mayor dimensión de género en las estrategias. Expertos como Monclús destacan el creciente consenso para convertir la seguridad vial en un asunto de salud pública y promover la colaboración internacional para implementar buenas prácticas.

Desafíos y medidas futuras

A pesar de los avances, solo 28 países en el mundo disponen de una base legislativa sólida para combatir riesgos viales. El Plan Global exige la adhesión de los países a convenciones internacionales de la ONU sobre seguridad de vehículos, armonización de equipamientos de seguridad por parte de los fabricantes y mayor atención a las víctimas de accidentes y sus familias.

Es fundamental que la seguridad vial sea una prioridad mundial, no solo para evitar pérdidas humanas y lesiones graves, sino también para garantizar un desarrollo sostenible y equitativo a nivel global.

Conclusión

La llamada de la ONU a redoblar esfuerzos para prevenir millones de víctimas de tráfico en la próxima década es un recordatorio contundente de la urgencia de actuar de manera coordinada y decidida en materia de seguridad vial. La colaboración entre países, instituciones y sectores es esencial para lograr un cambio significativo y proteger a millones de personas de los riesgos viales. Todos tenemos un rol que desempeñar en esta importante misión por un tránsito más seguro y humano en nuestras comunidades y en todo el mundo.