Mujer, de entre 56 y 75 años: el perfil del consumidor crónico de opioides en España tras pasar por la UCI
Un estudio revela quiénes podrían verse más afectados por la cronificación del consumo de opioides
En el mundo de la medicina, cada paciente es un universo complejo y único. Sin embargo, un reciente estudio realizado por la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) arroja luz sobre un perfil concreto: mujeres de entre 56 y 75 años que podrían convertirse en consumidoras crónicas de opioides tras pasar por la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Este estudio revela que, a los tres meses del alta, solo el 8% de los pacientes de UCI fueron considerados consumidores crónicos de opioides. No obstante, existe un perfil específico que destaca por continuar con este consumo una vez abandonan el entorno hospitalario.
¿Quiénes conforman este perfil?
El perfil identificado como más propenso a la cronificación del consumo de opioides en España está compuesto por mujeres de entre 56 y 75 años. Estas pacientes, que ya consumían opioides previamente, pasaron por un proceso en la UCI que incluyó ventilación mecánica durante al menos cuatro días, una estancia promedio de 11 días en cuidados intensivos, y recibieron tratamiento con fentanilo, midazolam y dexmedetomidina. Lo más preocupante es que estas mujeres, al recibir el alta hospitalaria, continuaron con la prescripción de opioides.
El desafío de la cronificación
La cronificación del consumo de opioides es un fenómeno que preocupa a los profesionales de la salud, ya que puede derivar en dependencia y efectos adversos para la salud de los pacientes. Identificar los perfiles de mayor riesgo, como el de las mujeres de edad avanzada que atraviesan situaciones críticas en la UCI, es fundamental para implementar estrategias de prevención y seguimiento personalizado.
Reflexiones finales
Es necesario concienciar sobre los riesgos asociados al consumo prolongado de opioides, especialmente en pacientes vulnerables como las mujeres de edad avanzada. La medicina intensiva debe no solo velar por la recuperación física de los pacientes, sino también por su bienestar psicológico y emocional a largo plazo, evitando así la cronificación innecesaria de tratamientos que pueden generar más problemas que beneficios.
Conclusión
El perfil de la mujer, de entre 56 y 75 años, que atraviesa una experiencia en la UCI y continúa consumiendo opioides abre un debate sobre las prácticas médicas y la necesidad de un abordaje integral de la salud de los pacientes. Es crucial seguir investigando y desarrollando estrategias para prevenir la cronificación y garantizar un manejo adecuado del dolor sin comprometer la calidad de vida de quienes más lo necesitan.