Alemania superará con creces el gasto en defensa exigido por la OTAN seis años antes de lo previsto
Un cambio radical en la política fiscal alemana
La identidad nacional alemana, arraigada en la cultura del ahorro y la aversión al crédito, ha sido desafiada por el Gobierno de Friedrich Merz. Este cambio de paradigma se refleja en la aprobación de presupuestos generales que permiten una deuda ilimitada para el gasto en defensa, alcanzando así el objetivo de la OTAN del 3,5% seis años antes de lo previsto. Este hito marca un giro de 180 grados en la política fiscal alemana.
Un endeudamiento sin precedentes para impulsar la economía y la seguridad
Los presupuestos generales alemanes, que ascienden a casi 170.000 millones de euros hasta 2029, incluyen una nueva deuda récord de 846.900 millones de euros. Esta deuda permitirá modernizar la infraestructura, estimular el crecimiento económico tras años de crisis y garantizar la seguridad del país. El ministro de finanzas, Lars Klingbeil, defiende esta medida como esencial para el futuro de Alemania.
Inversiones en infraestructura y bienestar social
Además del gasto en defensa, se acordó la creación de un fondo especial de infraestructuras de 500.000 millones de euros a doce años, destinado a mejoras en ferrocarriles, educación, construcción de carreteras y viviendas. Estas inversiones buscan revitalizar sectores descuidados durante años y fortalecer la confianza de los ciudadanos en el Estado.
Compromiso con el desarrollo sostenible y la industria nacional
El presupuesto para 2025 contempla un gasto total de 503.000 millones de euros, con importantes inversiones en infraestructuras y protección del clima. Se busca mantener a Alemania como líder en la producción de acero y promover el concepto de «Hecho en Alemania» en la industria nacional. Estas medidas apuntan a garantizar un futuro próspero para el país.
Críticas y debates sobre la nueva política fiscal
A pesar de las ambiciosas metas del Gobierno, la oposición ha calificado los presupuestos de «orgía fiscal» y una «montaña de deuda». Los detractores cuestionan la falta de claridad y dirección en el uso de los fondos, mientras abogan por inversiones innovadoras en protección del clima y modernización del país. El debate en el Bundestag promete ser intenso.