Carlos Velázquez: «Han pasado 28 años y seguimos recordando a Miguel Ángel Blanco»
Homenaje a la memoria de un símbolo de libertad y democracia
En un emotivo acto celebrado en el Centro Cultural San Clemente, el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, lideró el tributo a Miguel Ángel Blanco en el XXVIII aniversario de su trágico asesinato a manos de ETA. El recuerdo de aquel joven de 29 años, secuestrado y brutalmente arrebatado por defender la libertad, la pluralidad política y la tolerancia, sigue vigente en la memoria colectiva. La figura de Miguel Ángel Blanco se erige como un símbolo de resistencia ante la barbarie y la sinrazón.
El relato de aquellos días de julio de 1997, marcados por la angustia, la frustración de la esperanza, la indignación y la compasión hacia la víctima, resuena aún en la sociedad. La Fundación Miguel Ángel Blanco, a través de un conmovedor manifiesto, insta a mantener vivo el legado de todas las víctimas de ETA, denunciando la legitimación del terrorismo y la impunidad que aún persisten.
La lucha por la memoria y la justicia
El acto conmemorativo no solo honró la memoria de Miguel Ángel Blanco, sino que también reafirmó el compromiso inquebrantable de preservar los valores democráticos. Carlos Velázquez, en su discurso, destacó la importancia de no olvidar el sacrificio del joven concejal, subrayando que su asesinato marcó un antes y un después en la lucha contra el terrorismo en España.
El alcalde hizo hincapié en la responsabilidad de mantener viva la memoria de Ermua, como un símbolo de resistencia y valentía para las generaciones actuales y futuras. Recordó cómo miles de ciudadanos salieron a las calles hace 28 años en señal de repulsa a la barbarie, en un acto de unión y solidaridad contra la violencia terrorista.
Un legado que perdura en la historia
El legado de Miguel Ángel Blanco trasciende el tiempo y se convierte en un testimonio vivo de la lucha por la libertad y la justicia. Su memoria sigue inspirando a aquellos que decidieron involucrarse en política impulsados por su valentía y convicciones.
Carlos Velázquez concluyó su intervención con un mensaje contundente: aquellos que cuestionan la necesidad de mantener viva la memoria de las víctimas del terrorismo se sitúan del lado de los verdugos, de los que aún no han pedido perdón por sus crímenes. La dignidad, la justicia y la memoria son pilares fundamentales en la construcción de una sociedad democrática y libre de violencia.
Un llamado a la memoria democrática
El homenaje a Miguel Ángel Blanco culminó con la proyección de la película «La Infiltrada», recordando así la importancia de mantener viva la memoria histórica como vacuna contra el olvido y la manipulación del pasado. La lucha contra el terrorismo y la defensa de los valores democráticos son tareas vigentes y urgentes en la sociedad actual.
El legado de Miguel Ángel Blanco y de todas las víctimas de ETA debe ser preservado como un recordatorio constante de la barbarie a la que nos enfrentamos como sociedad. En la memoria colectiva radica la fuerza para construir un futuro basado en la libertad, la tolerancia y el respeto mutuo.
Conclusión
El homenaje a Miguel Ángel Blanco, liderado por Carlos Velázquez, nos invita a reflexionar sobre la importancia de mantener viva la memoria de las víctimas del terrorismo y a defender los valores democráticos que representan. A través del recuerdo y la justicia, honramos a quienes perdieron la vida en la lucha por la libertad y la paz. Es nuestro deber como sociedad asegurar que el legado de aquellos que sufrieron la barbarie no caiga en el olvido, sino que se convierta en un faro de esperanza y resistencia ante la adversidad.