En un reciente suceso en Cádiz, la Guardia Civil ha llevado a cabo la operación «Lodacan», que ha resultado en la investigación de dos individuos por cazar ilegalmente un corzo de excepcional valor medioambiental. Este ejemplar, cuidado en un coto de caza para la preservación de la especie, fue objeto de caza furtiva.

La denuncia inicial se produjo gracias al guarda de una finca cinegética en Jerez de la Frontera, quien alertó sobre la desaparición del corzo destacado de la zona. Tras confirmar el abatimiento ilegal del animal, se desencadenó una intensa investigación para identificar a los responsables del delito.

La investigación y colaboración clave

Para esclarecer los hechos, la colaboración con la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (UCOMA) fue fundamental. A través de análisis morfológicos de las imágenes del corzo abatido, se logró identificar al presunto cazador y al encubridor de este acto ilícito.

La trama se complica

El presunto autor de la caza ilegal intentó justificar su accionar presentando un precinto de caza mayor, pero las investigaciones demostraron su falsedad. Además, se descubrió que el testigo que respaldaba su coartada había mentido deliberadamente, siendo también investigado por encubrimiento.

Repercusiones económicas y judiciales

El corzo abatido, valuado en más de 6000 euros, fue recuperado y se espera su devolución al legítimo propietario. El daño medioambiental estimado en más de 69.000 euros ha generado indignación en la comunidad, que aguarda con interés el desenlace judicial de este lamentable episodio.

Conclusiones contundentes

La caza ilegal de especies protegidas como este corzo de alto valor no solo atenta contra la biodiversidad, sino que también genera graves consecuencias legales y económicas. Es responsabilidad de todos velar por la preservación de nuestra fauna y denunciar cualquier actividad delictiva que atente contra el medio ambiente.