En Catalunya, la preocupación por la seguridad de los cámpings ante inundaciones se ha vuelto una cuestión urgente. Según datos del Departament d’Interior i Seguretat, de los más de 300 cámpings existentes en la región, solo 119 cuentan con un plan de autoprotección (PAU) ante inundaciones validado por la autoridad competente en los últimos cinco años.

Riesgos latentes cerca de cursos de agua

La cercanía de decenas de cámpings catalanes a ríos y rieras representa un peligro latente en caso de riadas. Tras el impacto de la dana en Valencia, que puso en alerta a toda España, el Govern catalán ha puesto el foco en estas instalaciones que, a diferencia de escuelas, residencias y hospitales ubicados en suelo anegable, no cuentan con la misma rigidez en sus medidas de seguridad.

La importancia de la prevención ante desastres naturales

La falta de planes de autoprotección en la mayoría de los cámpings catalanes resalta la necesidad de fortalecer las medidas preventivas ante posibles catástrofes naturales. Ante el aumento de fenómenos climáticos extremos, es crucial que todas las instalaciones turísticas vulnerables estén preparadas para hacer frente a situaciones de riesgo y proteger la vida de los visitantes y trabajadores.

Acciones para reducir la vulnerabilidad

Ante este panorama, es fundamental que las autoridades competentes tomen medidas concretas para garantizar la seguridad en los cámpings catalanes. La exigencia de planes de autoprotección validados y la implementación de protocolos de actuación ante inundaciones son pasos imprescindibles para reducir la vulnerabilidad de estas instalaciones y proteger a la población en caso de desastres naturales.

Conclusión: prioridad en la protección ante riadas

El escaso número de cámpings catalanes con planes obligatorios contra inundaciones refleja una realidad preocupante en términos de seguridad y prevención de riesgos. Es imperativo que se intensifiquen las acciones para garantizar la protección de estas instalaciones y de quienes las frecuentan, estableciendo medidas efectivas que reduzcan la vulnerabilidad y permitan una respuesta adecuada ante eventos climáticos extremos.