El fiasco del subfluvial de la Ría de Bilbao: adiós definitivo a la lanzadera de metro pese a invertir 530 millones para dos túneles
La Diputación comenzará las obras en 2026 y las finalizará 6 años después
En un giro inesperado, el PNV ha dado marcha atrás en su decisión de unir las estaciones de Sestao y Las Arenas a través del subfluvial de la Ría de Bilbao, un proyecto que en 2022 se presentaba como el «plus» del sistema de transporte público de la zona. A pesar de una inversión millonaria de 530 millones de euros destinados a la construcción de dos túneles, ahora se confirma que la lanzadera de metro nunca verá la luz.
Este revés ha generado sorpresa e indignación entre los habitantes de la región, quienes veían en el subfluvial una solución innovadora y eficiente para mejorar la movilidad y descongestionar el tráfico en la zona. Sin embargo, las razones detrás de esta decisión repentina no han sido del todo claras, dejando un sabor amargo en la comunidad.
La nueva dirección del proyecto
Ante la cancelación definitiva de la lanzadera de metro, la Diputación ha anunciado que asumirá la responsabilidad de iniciar un nuevo plan. Se prevé que las obras para conectar Sestao y Las Arenas comiencen en 2026, con una duración estimada de 6 años para su culminación. Este cambio de rumbo plantea incertidumbre sobre la viabilidad y efectividad de la nueva propuesta, así como sobre su impacto en la comunidad.
Reacciones de la ciudadanía
La noticia de la cancelación del subfluvial ha generado reacciones encontradas entre los ciudadanos. Mientras algunos expresan desilusión y descontento por la falta de continuidad en los proyectos de infraestructura, otros ven esta decisión como una oportunidad para replantear estrategias de movilidad más sostenibles y eficientes. La incertidumbre sobre el futuro de las conexiones subterráneas ha despertado un debate sobre la planificación urbana en la región.
Impacto económico y social
La inversión de 530 millones de euros en el proyecto del subfluvial de la Ría de Bilbao plantea interrogantes sobre el uso de los recursos públicos y la transparencia en la gestión de fondos destinados a infraestructuras. Además, la decisión de cancelar la lanzadera de metro conlleva repercusiones en el ámbito social, afectando a la calidad de vida de los habitantes y la dinámica económica de la región.
Conclusiones
El fiasco del subfluvial de la Ría de Bilbao y la cancelación de la lanzadera de metro representan un hito en la historia de la planificación urbana de la región. Esta situación pone de manifiesto la importancia de una gestión eficiente y transparente de los recursos públicos, así como la necesidad de involucrar a la ciudadanía en la toma de decisiones que impactan en su entorno. El futuro de las conexiones subterráneas en la zona queda en suspenso, dejando abierta la reflexión sobre los retos y oportunidades que plantea el desarrollo urbano.