Juan, el menor tutelado premiado por su mérito académico: «En el futuro me quiero dedicar a la tecnología»
Un reconocimiento al esfuerzo y la constancia
En un mundo donde el esfuerzo a menudo pasa desapercibido, Juan, un joven de 15 años, ha demostrado que la dedicación y la constancia son la clave del éxito. Recientemente premiado por su brillante desempeño académico, Juan ha logrado destacar no solo por sus notas, sino por su determinación y pasión por el aprendizaje.
En una ceremonia realizada en la sala Palenque del Parque de Atracciones de Madrid, Juan y otros 73 niños y adolescentes de centros de protección fueron reconocidos por su esfuerzo durante el curso 2024/2025. Sin duda, detrás de cada diploma y premio hay una historia de superación, sacrificio y sueños por cumplir.
Un ejemplo de superación y entrega
Juan, quien vive en la CEMU y estudia en un instituto de Carabanchel, ha sabido enfrentar los desafíos diarios con una dedicación encomiable. A pesar de la distancia que debe recorrer para llegar a clase, su amor por el estudio lo impulsa a seguir adelante, disfrutando cada momento de aprendizaje.
Incluso en épocas complicadas, como durante el periodo electoral en la CEMU, Juan supo encontrar el equilibrio entre sus responsabilidades. Su compromiso y esfuerzo no solo se reflejan en sus notas, sino en su actitud ante los desafíos que se le presentan.
El valor del reconocimiento y la superación personal
El Certamen de Premios al Rendimiento y Esfuerzo Académico, organizado por la Comunidad de Madrid, no solo celebra el talento académico, sino que también destaca la actitud, constancia y ganas de superación de los estudiantes. Detrás de cada galardón, hay una historia de lucha y determinación.
Maia Ortiz, directora de la CEMU, destaca la importancia de valorar el esfuerzo y la dedicación de los estudiantes, más allá de las calificaciones. Para ella, estos premios representan el inicio de un camino lleno de oportunidades y desafíos para los jóvenes premiados.
Un futuro prometedor en el mundo de la tecnología
Juan, además de ser premiado, fue elegido por sus compañeros para dar un discurso en representación de todos. Este joven con visión de futuro tiene claro que su pasión por la tecnología marcará su camino. El próximo año, comenzará un grado medio de Comunicación e Informática, con el objetivo de dedicarse plenamente a esta área.
Estos premios no solo reconocen el esfuerzo académico, sino que también siembran la confianza en los jóvenes, impulsándolos a seguir persiguiendo sus sueños. Detrás de cada logro, hay una historia de esfuerzo, dedicación y un futuro lleno de posibilidades.
Un camino de metas superadas y sueños alcanzados
Los premios al rendimiento y esfuerzo académico son mucho más que reconocimientos. Son la culminación de un arduo trabajo, de obstáculos vencidos y de metas conquistadas. Cada diploma representa la prueba de que con dedicación y pasión, los sueños pueden hacerse realidad.
En definitiva, la historia de Juan nos recuerda que el esfuerzo, la constancia y la determinación son las verdaderas llaves del éxito. Detrás de cada premio hay una historia de superación que inspira y motiva a seguir adelante, sin importar las dificultades que se presenten en el camino.