Teatro en las entrañas del monasterio de Pelayos de la Presa: el siglo XII se sube a escena
La compañía Nao D’amores convierte esta joya cisterciense en escenario del montaje ‘Hacia ecos de lo sagrado’
Imagina adentrarte en un viaje en el tiempo donde el siglo XII cobra vida frente a tus ojos, donde la esencia del pasado se entrelaza con la magia del presente. En las entrañas del monasterio de Pelayos de la Presa, una joya arquitectónica que ha resistido al paso de los siglos, la historia se despliega de manera única y fascinante.
Es aquí donde la compañía Nao D’amores, con su maestría y pasión por el teatro clásico, logra unir dos mundos aparentemente distantes: el de la Edad Media y el del arte escénico contemporáneo. En un acto de valentía y creatividad, transforman cada rincón de esta obra maestra cisterciense en el escenario perfecto para su montaje ‘Hacia ecos de lo sagrado’.
Rescatando la esencia del pasado
Con una minuciosa atención al detalle, los actores y actrices de Nao D’amores logran transportar al espectador a épocas pasadas, donde las creencias religiosas y las tradiciones medievales se entrelazan en un baile místico y envolvente. Cada gesto, cada palabra, cada movimiento, está impregnado de la esencia de un período histórico rico en significado.
El monasterio de Pelayos de la Presa se convierte así en un testigo silencioso de la recreación de un pasado que se niega a ser olvidado, un pasado que se erige como un faro de sabiduría y conocimiento en medio de un mundo en constante cambio.
El diálogo entre lo antiguo y lo contemporáneo
‘Hacia ecos de lo sagrado’ no solo es un viaje al pasado, sino también un encuentro entre dos épocas aparentemente opuestas. La fusión entre la arquitectura medieval del monasterio y la expresión artística contemporánea de la compañía teatral crea un diálogo único y enriquecedor que invita a la reflexión y al asombro.
Es en esta intersección entre lo antiguo y lo moderno donde el espectador se sumerge en una experiencia sensorial inigualable, donde el arte traspasa las barreras del tiempo y del espacio para recordarnos que, a pesar de las diferencias, hay hilos invisibles que nos conectan a todos.
Una propuesta teatral única en su género
Nao D’amores no solo nos ofrece una propuesta teatral innovadora, sino que nos invita a reflexionar sobre nuestra propia relación con la historia, con la tradición y con la memoria colectiva. En un mundo cada vez más acelerado y tecnológico, esta inmersión en el pasado nos recuerda la importancia de detenernos, de escuchar y de aprender de aquellos que nos precedieron.
‘Hacia ecos de lo sagrado’ es más que un simple montaje teatral; es un puente entre generaciones, entre culturas y entre visiones del mundo que, a pesar de los siglos que nos separan, encuentran un punto de encuentro en la magia del teatro.
El legado perdura
Al final de la representación, cuando las luces se apagan y el último aplauso se desvanece en el aire, queda flotando en el ambiente la sensación de que, de alguna manera, el espíritu del siglo XII ha dejado una huella imborrable en el monasterio de Pelayos de la Presa. Un legado que trasciende el tiempo y que nos invita a reflexionar sobre nuestra propia capacidad para trascender y perdurar en la inmensidad del universo.
Así, cada representación de ‘Hacia ecos de lo sagrado’ se convierte en un acto de resistencia contra el olvido, en un tributo a la memoria y en un recordatorio de que, a través del arte y la interpretación, podemos mantener viva la llama de la historia para las generaciones venideras.
Un encuentro con la eternidad
En definitiva, el teatro en las entrañas del monasterio de Pelayos de la Presa nos brinda la oportunidad de vivir un encuentro único con la eternidad, de sumergirnos en la esencia misma de lo humano y de conectarnos con aquellos que, siglos atrás, soñaron y crearon en el mismo lugar que ahora pisamos.
Porque, al final, el teatro no es solo un reflejo de la vida, sino una puerta abierta hacia lo trascendental, hacia aquello que nos une como seres humanos más allá de las fronteras del tiempo y del espacio. Y en ese encuentro mágico entre pasado y presente, entre arte y historia, encontramos la chispa de la eternidad que late en cada corazón humano.