Aguas dulces, saladas y sucias

Las aguas **dulces**, **saladas** y **sucias** continúan siendo un problema ambiental en diferentes partes del mundo. Según datos recientes, se estima que el 80% de las aguas residuales a nivel global se vierten sin tratamiento previo a ríos, lagos y mares.

Aguas dulces

En cuanto a las aguas **dulces**, la contaminación por vertidos industriales y agrícolas es una de las principales preocupaciones. Esto afecta la calidad del agua, poniendo en riesgo la salud de las personas y el ecosistema acuático.

Aguas saladas

En el caso de las aguas **saladas**, la sobrepesca y la contaminación por plásticos son dos de los problemas más graves a los que se enfrentan los mares y océanos. La sobrepoblación de especies invasoras también contribuye a desestabilizar los ecosistemas marinos.

Aguas sucias

Por otro lado, las aguas **sucias** producto de vertidos residenciales y urbanos representan un serio peligro para la salud pública. La presencia de microorganismos patógenos y sustancias químicas nocivas pueden provocar enfermedades y daños irreparables en el medio ambiente.

Es imprescindible tomar medidas urgentes a nivel local e internacional para preservar la calidad del agua y garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones.

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