Finalmente, se ha emitido un veredicto de culpabilidad para Hunter Biden, convirtiéndose así en el primer hijo de un presidente de Estados Unidos en ser declarado criminal convicto. El jurado de Delaware lo ha encontrado culpable de tres delitos relacionados con la posesión ilegal de un revolver obtenido en 2018 mediante la falsificación de documentos, mientras era adicto al crack. Estos delitos podrían implicar hasta 25 años de prisión, aunque la falta de antecedentes penales de Biden Jr. posiblemente evite que vaya a la cárcel.
Este veredicto contra su hijo puede ser visto como una oportunidad para que Joe Biden muestre un escrupuloso respeto por el sistema judicial, anunciando que no lo indultará. Esto resalta su confianza en el imperio de la ley, en contraposición a su rival, Donald Trump, quien fue convicto hace dos semanas y ha descrito sus juicios como una «caza de brujas».
A pesar de que este veredicto no parece tener un impacto directo en el electorado en un contexto polarizado, Biden ha aprovechado la oportunidad para adoptar una postura de superioridad moral. Por otro lado, los republicanos temen que este veredicto y la respuesta calmada de Biden sean utilizados como distracción de casos que consideran más significativos.
Los conservadores han vinculado a Hunter Biden con los negocios de su padre, acusándolo de usar su parentesco para obtener empleos lucrativos en empresas de dudosa reputación. Además, se ha señalado que Biden estuvo involucrado en actividades relacionadas con su adicción al crack y sus relaciones personales.
Se espera que se dicte sentencia para Hunter Biden en unos tres meses, poco antes de las elecciones presidenciales, y tiene pendiente otro juicio en California por evasión de impuestos. Sus acciones pasadas están siendo utilizadas por los republicanos para equiparar su comportamiento con el de Donald Trump y resaltar supuestas prácticas corruptas en su entorno familiar.
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