Navegando en el corazón de Castilla
Historia del Canal de Castilla
El canal de Castilla nació de la necesidad de transportar mercancías hacia el norte del país. En el siglo XVI se pensó en abrir un canal de agua que llevara trigo hacia la cornisa cantábrica, pero su construcción no se puso en marcha hasta mucho después. Fue en los tiempos de la Ilustración, a mediados del siglo XVIII, cuando personajes como Fernando VI y el marqués de la Ensenada impulsaron esta infraestructura faraónica. El canal, con sus 207 kilómetros de recorrido divididos en tres ramales, no se terminó hasta 1849.
La Época de Bonanza y Declive
La construcción del canal de Castilla fue un esfuerzo recompensado con una primera época de bonanza, cuando viajaban hasta 350 barcazas al día. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XIX, el canal no pudo competir con el ferrocarril y pronto llegó la decadencia, llevando barcazas inútiles, abandonadas o destruidas. Las aguas pasaron a servir para el riego y como energía que movía ruedas de molinos junto a las esclusas.
El Canal de Castilla Hoy
Barcos Turísticos
En la actualidad, los barcos han retornado al canal de Castilla. Sin embargo, ya no transportan mercancías sino que llevan turistas. Hay varios barcos turísticos que navegan por diferentes tramos del canal, con nombres históricos como el de Antonio Ulloa y el marqués de la Ensenada. La nave más emblemática es la Juan de Homar, que recuerda a otro ingeniero que vinculó su vida a las obras del canal de Castilla.
Atractivos Turísticos
Frómista es un lugar destacado en el canal, ya que coincide con el trazado de la ruta Jacobea y el camino Lebaniego. Los peregrinos encuentran, en este pueblo, una iglesia, la parroquia de San Pedro, que acoge un interesante museo de arte sacro. La estatua del patrón local, San Telmo, protector de los marineros, también es una atracción. La localidad tiene una oferta turística sorprendente, con alojamientos y restaurantes para todos los bolsillos y tiendas para comprar recuerdos o productos típicos.
Alojamiento Singular
El Eco Hotel Doña Mayor es el alojamiento más singular y entrañable de Frómista, nombrado en homenaje a Doña Mayor de Castilla, quien promovió la construcción de la iglesia de San Martín en el siglo XI. Este hotel se ha comprometido con el cuidado del medio ambiente y ofrece una docena de habitaciones diferentes y actividades como el avistamiento de aves y observación de estrellas.