Tres graves incidentes en la cárcel de Estremera en menos de 72 horas
Una situación alarmante que pone en riesgo la seguridad en la prisión
La tranquilidad en la cárcel de Estremera se vio abruptamente interrumpida en menos de 72 horas por una serie de incidentes extremadamente preocupantes, denunciados por CSIF Prisiones. En el primero de estos sucesos, ocurrido el viernes 13 de junio, un interno conflictivo desencadenó un episodio de agresividad y violencia al ser trasladado de módulo.
El individuo, lejos de colaborar con la orden de traslado, optó por atrincherarse en la sala de televisión y causar destrozos, llegando incluso a intentar agredir a los presentes con objetos contundentes. Ante esta situación crítica, los jefes y funcionarios tuvieron que recurrir a los trajes de intervención para lograr que el interno cesara en su actitud desafiante.
Segunda agresión en menos de un mes
Este evento se suma a una serie de altercados que han sacudido la cárcel de Estremera en las últimas semanas. En otro incidente lamentable, una trabajadora, específicamente una auxiliar de Enfermería, fue brutalmente agredida por un interno mientras realizaba sus labores, recibiendo un fuerte golpe en la cabeza.
La ausencia de servicio médico durante el suceso, una situación que CSIF Prisiones destaca como recurrente en las prisiones de Madrid, generó momentos de gran riesgo y tensión para los presentes. Estos hechos subrayan la urgencia de cubrir las plazas vacantes para garantizar la seguridad y la integridad de todos los involucrados en el sistema penitenciario.
Problemas adicionales de seguridad
Además de los incidentes mencionados, se registró una pelea entre internos que no pudo ser controlada mediante el traslado al departamento de aislamiento, debido a restricciones regimentales. Esta situación no solo expone a los funcionarios a riesgos innecesarios, sino que también genera un clima de inseguridad en el centro penitenciario.
Para CSIF Prisiones, esta serie de eventos alarmantes subraya la urgente necesidad de implementar medidas adecuadas de seguridad, proveer formación especializada, reconocer la condición de agentes de la autoridad para los trabajadores penitenciarios y abordar la deficiencia de personal sanitario en todas las prisiones de Madrid de manera integral y decisiva.
Conclusión
Los recientes sucesos en la cárcel de Estremera no solo ponen en evidencia la precaria situación de seguridad en la institución, sino que también resaltan la necesidad urgente de abordar los problemas estructurales que la aquejan. Es fundamental garantizar un entorno seguro tanto para los internos como para el personal que trabaja en el sistema penitenciario, implementando medidas efectivas que prevengan incidentes de esta magnitud en el futuro.