Llevamos dos años y medio viviendo lo que muchos consideran la mayor revolución tecnológica desde la llegada de internet. Desde que ChatGPT irrumpió en nuestras vidas en noviembre de 2022, la inteligencia artificial (IA) ha pasado de ser una tecnología de nicho, a convertirse en el centro de prácticamente todas las conversaciones sobre el futuro del trabajo, la economía y la sociedad.

¿Estamos realmente preparados para lo que viene? Es lo que planteamos desde ABC a Reggie Townsend, vicepresidente de SAS y una de las voces más destacadas en el debate sobre IA ética y responsable, que además, formó parte del comité asesor de inteligencia artificial de la Casa Blanca, y contribuyó a redactar la orden ejecutiva sobre IA de la administración Biden.

La democratización de la inteligencia artificial

Según Townsend, la conmoción no fue la IA en sí, sino nuestra capacidad para interactuar con modelos de lenguaje grandes usando lenguaje natural. Esta democratización permitió a usuarios sin conocimientos técnicos aprovechar capacidades de la inteligencia artificial, generando nuevos riesgos y cuestiones sobre su regulación y gestión.

Europa y la sostenibilidad frente a la innovación

Townsend destaca la oportunidad para Europa de liderar en eficiencia energética y sostenibilidad en lugar de competir en la carrera de potencia computacional, mostrando así una ventaja competitiva única en el campo de la IA.

Los sesgos algorítmicos y su detección

El experto señala que los sesgos en la IA provienen de los humanos y propone detectarlos y mitigarlos con algoritmos específicos que equilibren la representación estadística de diversos grupos.

Continuidad en la política de IA

En cuanto a Biden y Trump, Townsend destaca que, más allá de la retórica, no hay tanta diferencia en sustancia en las políticas de ambas administraciones, mostrando una continuidad en el enfoque hacia la IA.

El futuro del empleo y la responsabilidad compartida

Townsend plantea interrogantes sobre el futuro del trabajo, donde las empresas podrían contratar no solo por conocimientos, sino por capacidades creativas, lo que plantea nuevos desafíos en términos de propiedad intelectual y responsabilidad compartida en la alfabetización sobre IA.

Apostando por la IA responsable

Según Townsend, la IA responsable es una ventaja competitiva real que permite reimaginar la organización de las empresas y la sociedad, demostrando ser una inversión valiosa tanto ética como estratégicamente.