Cuando el deseo de concebir un hijo se convierte en una travesía marcada por la incertidumbre y la angustia, las parejas se sumergen en un torbellino de emociones que desafían su resistencia emocional.

La bióloga Ana de la Encarnación, de Clínicas Eva, describe cómo muchas parejas llegan a las clínicas de fertilidad exhaustas, con sus relaciones desgastadas por lo que perciben como un fracaso. En este contexto, surgen sentimientos de culpa, vacío, confusión y ansiedad que pueden llevar a estados depresivos.

El duelo por el bebé no concebido: un proceso doloroso

Este duelo se manifiesta ante la imposibilidad de lograr el embarazo o frente a la pérdida de un bebé durante la gestación. La sensación de pérdida por algo tan esperado, que no llega a materializarse y que estaba entrelazado con los sueños y planes de vida de las parejas, resulta abrumadora.

Impacto diferenciado entre él y ella: un desafío cultural

La carga emocional recae tradicionalmente sobre la mujer en la formación de la familia, aunque se reconoce cada vez más el papel crucial del factor masculino en la infertilidad. Aun así, persisten desafíos en la equidad de tratamiento emocional entre ambos miembros de la pareja.

Apoyo emocional para enfrentar el proceso

La psicoterapia emerge como una herramienta fundamental para brindar un espacio seguro donde las parejas pueden expresar sus emociones y adquirir las habilidades necesarias para gestionarlas. Validar su experiencia es el primer paso para superar este desafío con fortaleza y resiliencia.

Comunicación en el entorno cercano: ¿revelar o mantener en silencio?

La decisión de compartir o no esta travesía con el círculo íntimo debe basarse en el bienestar emocional de la pareja en proceso. Aunque el apoyo cercano puede ser reconfortante, es vital reflexionar sobre el impacto de revelar esta situación antes de obtener un resultado positivo en el tratamiento de fertilidad.

El peso en la vida cotidiana y laboral

Los desafíos personales, especialmente los relacionados con la descendencia, pueden reverberar en otras áreas de la vida, como el entorno laboral. Para quienes consideran la paternidad o maternidad como un pilar fundamental en su existencia, el impacto puede ser significativo en su rutina laboral.

Conclusión: enfrentando el duelo y la esperanza con valentía

El duelo por el bebé no concebido es una travesía dolorosa que desafía la fortaleza emocional de las parejas que anhelan formar una familia. Sin embargo, con el apoyo adecuado, la comunicación abierta y el acompañamiento profesional, es posible transitar este camino con esperanza y determinación, construyendo un futuro lleno de amor y posibilidades.