Yolanda Díaz abandona La Moncloa sin compromisos y pide a Sánchez que deje de ser «cínico»
La vicepresidenta segunda exige garantías y medidas de regeneración democrática tras una tensa reunión con el presidente del Gobierno
En un acto de firmeza y determinación, Yolanda Díaz ha salido de La Moncloa sin obtener compromisos por parte de Pedro Sánchez, calificando su actitud de «cínica». Acompañada por los ministros Ernest Urtasun y Pablo Bustinduy, la ministra de Trabajo ha enfatizado la necesidad de que el presidente abandone la postura de «hacer como si no hubiera pasado nada» y deje de lado los «cinismos» en su actuar político.
Una postura ante la corrupción y la necesidad de regeneración democrática
Con contundencia, Díaz ha expresado que la corrupción no es algo inevitable y que no todos los políticos son iguales. Ha destacado la importancia de mantener la transparencia y la ética en la gestión pública. Asimismo, ha exigido a Sánchez garantías de que el caso Cerdán no se extienda dentro del PSOE y ha pedido una «limpieza absoluta» en todos los ámbitos del poder que puedan estar implicados en casos de corrupción.
La vicepresidenta segunda ha hecho un llamado a la instauración inmediata de medidas de regeneración democrática, como el fin de los privilegios de los aforamientos y la prohibición de contratar con la administración pública a empresas involucradas en prácticas corruptas. Todo esto en aras de cumplir el acuerdo de Gobierno y recuperar la confianza de la ciudadanía.
Compromiso con el electorado y críticas al presidente del Gobierno
Dirigiéndose a su electorado progresista, Díaz ha asegurado que no llegarán a las elecciones con miedo e incertidumbre, sino con esperanza y fuerza, mostrando su determinación de ganarlas. Ha enfatizado la importancia de cumplir con los compromisos adquiridos y ha rechazado la actitud de Sánchez en su comparecencia, tildándola de «insuficiente».
Conclusiones
La salida de Yolanda Díaz de La Moncloa sin compromisos por parte de Pedro Sánchez deja en evidencia las tensiones existentes en el seno del Gobierno de coalición. Sus exigencias de transparencia y regeneración democrática marcan un punto de inflexión en la relación entre PSOE y Sumar. El futuro de esta alianza política queda ahora en entredicho, mientras que la vicepresidenta segunda se muestra firme en su compromiso de luchar contra la corrupción y de garantizar un ejercicio político limpio y ético.