El último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha puesto al PSOE en una posición comprometida, con Santos Cerdán, quien era hasta el jueves secretario de Organización socialista, en el centro de una trama de mordidas por el amaño de adjudicaciones de obra pública. Esta situación ha generado un antes y un después en la legislatura, provocando una gran expectación en torno a la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para dar explicaciones.

Sánchez se comprometió públicamente a comparecer en el Congreso en la primera fecha disponible. Sin embargo, en una reunión de la Junta de Portavoces, el Grupo Parlamentario Socialista impidió que se modificara el orden del día para que la comparecencia fuese esta semana, como proponía el Grupo Parlamentario Popular.

La negativa del PSOE y la reacción del PP

El Grupo Parlamentario Popular expresó su descontento ante la negativa del PSOE a permitir la comparecencia urgente de Sánchez. Consideraron que la postura del presidente de acudir «lo antes posible» era incoherente con la decisión de posponer la comparecencia hasta el 9 de julio.

La solicitud de que Sánchez compareciera esta semana contó con el respaldo de Vox, ERC, Junts, PNV y Podemos, lo que llevó al PP a pedir una reunión extraordinaria para reclamar un pleno monográfico que obligue al presidente a dar explicaciones.

La postura del Gobierno y las reacciones de los aliados

El Gobierno informó que la comparecencia de Sánchez se llevará a cabo el 9 de julio, argumentando compromisos internacionales en las próximas semanas. Esta decisión no convenció a los aliados del PSOE, quienes consideraron que la fecha era demasiado lejana para aclarar los temas pendientes.

En la sesión de control de este miércoles, los grupos podrán formular tres preguntas al presidente relacionadas con la corrupción. A pesar de esto, las críticas hacia la postura de Sánchez siguen en aumento, incluso entre sus propios aliados.

Conclusiones: Una comparecencia postergada en medio de una creciente presión

La negativa del PSOE a permitir que Sánchez comparezca esta semana por el caso Cerdán ha generado controversia y tensiones en el Congreso. La decisión de posponer la comparecencia hasta el 9 de julio ha sido cuestionada por diversos sectores políticos, lo que evidencia la creciente presión sobre el presidente del Gobierno para que dé explicaciones de manera inmediata.

La situación actual deja en evidencia la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en un contexto político marcado por la corrupción. La expectativa ciudadana por esclarecer los hechos y depurar responsabilidades sigue en aumento, lo que plantea un desafío para el Gobierno en términos de legitimidad y confianza pública.