Pese a los llamamientos internacionales, Israel e Irán no muestran signos de desescalar el conflicto en el quinto día desde el inicio de los bombardeos. Por el contrario, los ataques mutuos parecen intensificarse, centrándose en objetivos precisos para debilitar al enemigo.

El Ejército israelí ha informado sobre la eliminación, por segunda vez en menos de una semana, de altos mandos del ejército iraní. En este caso, el nuevo jefe del Estado Mayor, Alí Shadmani, fue abatido en un bombardeo contra un centro de mando en Teherán, según fuentes israelíes.

Ataques selectivos y objetivos estratégicos

En los últimos días, Israel ha atacado numerosos objetivos vinculados a los programas nucleares y de misiles balísticos de Irán, obligando a la cúpula militar iraní a huir. Aunque se ha advertido sobre posibles ataques a la instalación nuclear subterránea de Fordow, hasta el momento no se ha producido.

Contraataques iraníes en Tel Aviv

Por su parte, la Guardia Revolucionaria de Irán ha afirmado haber alcanzado con éxito la sede del Mossad y un cuartel de la Inteligencia Militar israelí en Tel Aviv. Este contraataque se suma a la utilización de un nuevo misil por parte de Irán, que ha logrado impactar en objetivos estratégicos a pesar de las defensas.

Llamados a la desescalada internacional

Diversos líderes mundiales han instado a una pronta desescalada del conflicto entre Israel e Irán. El presidente Trump busca un «verdadero final» para el programa nuclear iraní, mientras que el presidente chino Xi Jinping y la Unión Europea abogan por rebajar la tensión y encontrar soluciones diplomáticas.

Impacto regional y preocupaciones globales

La escalada de violencia entre Israel e Irán ha generado preocupación a nivel mundial. El Rey de Jordania ha manifestado que los ataques israelíes representan una amenaza para toda la región, dejando en evidencia la necesidad de evitar una escalada que podría tener consecuencias impredecibles.

Conclusión: Un conflicto sin visos de solución inmediata

La confrontación entre Israel e Irán continúa en un punto álgido, con ataques selectivos y contraataques estratégicos que mantienen en vilo a la comunidad internacional. Mientras se intensifican los bombardeos, las llamadas a la desescalada se multiplican, sin que aún se vislumbre un cese definitivo de las hostilidades.