Diego S. Garrocho, nacido en Madrid en 1984, ha decidido abrazar el término ‘moderadito’ como una forma de reivindicar la valentía de mantener posturas políticas en un punto intermedio entre los extremos. Este filósofo y columnista, conocido por su trabajo en ABC, defiende que la moderación no es sinónimo de debilidad, sino de pensar de manera libre y exponerse a la contradicción en un contexto de polarización y radicalismo.

Frente a los ‘radicalitos’ que se aferran a posturas extremas sin cuestionar, Garrocho propone la idea de que pensar de forma intempestiva, es decir, ir en contra de la corriente de pensamiento dominante, es un acto verdaderamente valiente. En un momento donde la polarización marca el tono del debate público, defender la moderación se convierte en un acto de coraje y lucidez.

La moderación como impugnación del status quo

En su libro ‘Moderaditos’, Garrocho recurre a referencias filosóficas, como la figura de Sócrates, para ilustrar su punto de vista. Critica la tendencia de las masas a condenar a aquellos que destacan por su sabiduría y rectitud, demostrando que la cantidad no siempre implica calidad en la toma de decisiones colectivas.

El autor señala que la belicosidad verbal que impera en el debate público actual no hace más que entorpecer el diálogo y enriquecer las posturas extremas. Responsabiliza a los medios de comunicación y a los actores políticos de alimentar esta dinámica, alejándose de su rol de mediadores imparciales.

¿Cómo se articula la moderación en la arena política?

Si bien Garrocho reconoce que la moderación puede resultar decepcionante para algunos, especialmente en el ámbito político, donde los partidos reflejan las preferencias de sus votantes, no profundiza en cómo esta postura puede traducirse en una opción política concreta.

Algunos podrían argumentar que la valentía y el pensamiento libre no están restringidos a la moderación, y que también es posible encontrar convicción y firmeza en posturas extremas. La insatisfacción con la moderación tradicional ha llevado a muchos individuos a explorar terrenos más radicales en busca de una mayor coherencia intelectual.

Reflexión final: el desafío de defender la moderación

En un contexto marcado por la confrontación y la polarización, ‘Moderaditos’ invita a cuestionar el statu quo y a abrazar el pensamiento crítico desde una posición intermedia. Diego S. Garrocho plantea la moderación como una forma valiente de afrontar el debate público, alejándose de la retórica provocativa y la superficialidad intelectual.

En última instancia, la moderación no se trata solo de mantener un equilibrio superficial, sino de impugnar las estructuras de pensamiento dominantes y abrir espacios para la reflexión y el diálogo auténtico. En un momento donde la moderación es vista con escepticismo, defenderla se convierte en un acto de verdadera valentía y lucidez.