Da vértigo, pero hemos ganado con el cambio
La valiente decisión de una familia que decidió apostar por una nueva vida en el campo
El pequeño Iago vigila emocionado por la rendija de la puerta entreabierta, mientras su hermano Hugo termina los deberes en el salón. Esta escena cotidiana se desarrolla en el nuevo hogar de la familia Benito Navares – Arribas Fernández, quienes hace unos meses tomaron una decisión trascendental: dejar atrás la vida en la gran ciudad y mudarse al encantador pueblo segoviano de Sepúlveda, en busca de un cambio radical.
Antonio, dedicado a la instalación de fibra óptica, recibió una tentadora oferta laboral en Segovia, lo que desencadenó la conversación crucial con Verónica. Ambos, conscientes de que era «ahora o nunca», no dudaron en lanzarse a esta nueva aventura, dejando atrás su vida en Coslada, Madrid, donde habían vivido durante una década.
Un salto al vacío lleno de oportunidades
El miedo inicial que provoca abandonar la zona de confort se ha transformado en una sensación de victoria para Verónica, quien afirma que «quien no arriesga, no gana». A pesar de las dificultades y los momentos de nostalgia, la familia ha encontrado en Sepúlveda un lugar lleno de oportunidades y potencialidades por descubrir.
La adaptación de Hugo, el hijo mayor, ha sido todo un proceso, pasando de considerar la mudanza como un error a aceptarla con una actitud más abierta. La libertad y la tranquilidad que brinda la vida en el pueblo han sido aspectos que han marcado la diferencia para toda la familia.
Renovarse o conformarse: la apuesta por la vida rural
Verónica, que regresó a su pueblo natal después de casi dos décadas, ha encontrado en las asociaciones locales y en proyectos como el festival del ‘Corderitito’ una vía para reinventarse y aportar su granito de arena a la comunidad. Este impulso creativo y social ha sido fundamental para su integración y desarrollo personal.
La decisión de educar a sus hijos en un entorno más natural y cercano a la naturaleza ha sido un factor determinante para los Benito Arribas, quienes valoran las múltiples opciones educativas y de ocio que ofrece Sepúlveda, en contraste con la frenética vida urbana a la que estaban acostumbrados.
Beneficios tangibles de la vida en el campo
La proximidad a sus familiares, la comunidad más participativa y cercana, y la reducción del estrés y las prisas cotidianas son solo algunos de los beneficios que la familia ha experimentado desde su mudanza. La mayor calidad de vida, el ahorro económico y la oportunidad de disfrutar de la naturaleza han sido pilares fundamentales en esta nueva etapa.
Además, el apoyo recibido por parte de la Junta de Castilla y León, a través de ayudas para familias que se trasladan a zonas rurales, ha fortalecido la convicción de los Benito Arribas de haber tomado la decisión correcta en el momento adecuado.
El futuro en el campo: un horizonte lleno de posibilidades
El éxodo hacia el medio rural es una tendencia en crecimiento, donde cada vez más familias apuestan por una vida más tranquila y conectada con la naturaleza. Las ayudas y facilidades ofrecidas por las administraciones son un impulso necesario para garantizar una transición exitosa y sostenible hacia un nuevo estilo de vida.
Para los Benito Arribas, cada día en Sepúlveda es una oportunidad para crecer, aprender y disfrutar en un entorno único que les brinda la libertad y la paz que tanto anhelaban. El cambio, aunque desafiante al principio, ha resultado ser una auténtica victoria para esta valiente familia.
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