Santiago Abascal ha dado un paso al frente en la precampaña electoral, desafiando tanto al Gobierno actual como al Partido Popular de Núñez Feijóo. Con firmeza, ha proclamado a Vox como la «alternativa» que no será la muleta de nadie en la política española.

En la Asamblea General Ordinaria de Vox, celebrada en Madrid, los afiliados respaldaron la gestión del partido con un contundente 97,65% de los votos. En un acto político posterior, se trazaron las líneas del proyecto a medio y largo plazo, buscando consolidarse como una verdadera opción frente a décadas de bipartidismo cuestionable.

Un plan sólido y propuestas claras

Ignacio Garriga, secretario general de Vox, destacó la existencia de un plan con propuestas concretas que representan una alternativa real en el panorama político español. Las propuestas económicas y de vivienda fueron detalladas por los diputados José María Figaredo y Carlos Hernández Quero, generando un ambiente de expectativa en la audiencia.

La denuncia a la inacción política

Abascal no escatimó en críticas al Gobierno de Pedro Sánchez y al Partido Popular, señalándolos como responsables de un rumbo perjudicial para España. Enfatizó en la necesidad de un cambio de dirección y advirtió sobre la urgencia de derrotar a aquellos que mantienen el país en un rumbo insostenible.

El desafío al status quo

Vox pone el foco en el bipartidismo arraigado en España, denunciando no solo los problemas económicos y sociales, sino también las concesiones al separatismo que han sido premiadas por los partidos tradicionales. Abascal insiste en que la verdadera alternativa es necesaria para romper con viejas prácticas políticas.

El llamado a la movilización

Con un tono enérgico, Abascal instó a sus seguidores a trabajar por un cambio real en España, destacando la importancia de derrotar a aquellos que no velan por los intereses de la nación. Aseguró que Vox no será una muleta de nadie y que buscarán el apoyo masivo de los españoles para transformar la realidad política.

Una España en transformación

A pesar de los desafíos actuales, Abascal se muestra confiado en que España puede ser salvada gracias a la fuerza extraordinaria de su gente. Vox se presenta como una herramienta para lograr el cambio necesario, rechazando ser un apoyo incondicional de otros partidos. Con determinación, Abascal finaliza su discurso afirmando que Vox ganará las elecciones y, si es necesario, pactarán, pero siempre defendiendo sus principios.