‘Gegant’: Roald Dahl antisemita y Josep Maria Pou gigantesco
Crítica de la obra teatral ‘Gegant’ en el Teatre Romea, Festival Grec, Barcelona
El verano de 1983 fue un momento crucial para Roald Dahl, el renombrado autor de ‘Matilda’ y ‘Charlie y la fábrica de chocolate’. En medio de ultimar la edición de ‘Las brujas’, Dahl se ve sacudido por conflictos personales y críticas a sus opiniones sobre Israel en su reseña de ‘Dios llora’, un libro ilustrado sobre la guerra del Líbano de 1982.
Josep Maria Pou asume el desafiante papel de Dahl en la obra ‘Gegant’, encarnando la firmeza del escritor al mantener sus controvertidas posturas, incluso cuando la sociedad anglosajona se levanta en su contra. Pou, con su maestría habitual, nos sumerge en la humanidad de un hombre que desafía convenciones y se siente fuera de lugar en su vejez.
La dualidad de Roald Dahl
Además de adentrarnos en las opiniones antisemitas de Dahl, la obra plantea la eterna pregunta sobre separar la persona del autor de su obra genial. Pou, en su interpretación gigantesca, encuentra en Pep Planas, Clàudia Benito, Victòria Pagès, Aida Llop y Jep Barceló, un elenco que realza la complejidad del autor y su entorno.
El conflicto de Dahl en escena
‘Gigante’, bajo la dirección de Mark Rosenblatt, se erige como una pieza teatral de envergadura, justificando los premios que ha recibido. La controversia de Dahl con sus editores judíos ilustra los sutiles mecanismos retóricos que velan el antisemitismo bajo críticas veladas al estado de Israel.
La obra nos sumerge en la aversión al sionismo que Rosenblatt retrata magistralmente, revelando la demonización ancestral de los judíos. Dos horas y media de teatro que nos invitan a reflexionar sobre un tema de gran calado y actualidad.
Conclusión: Un espectáculo que cuestiona y conmueve
‘Gegant’ nos sumerge en un universo complejo, donde la genialidad y las sombras de un autor se entrelazan en un tapiz teatral cautivador. La actuación sobresaliente de Josep Maria Pou y el elenco dan vida a un debate vigente y necesario, recordándonos que en el arte, como en la vida, las dualidades y controversias nos ayudan a crecer y comprender mejor el mundo que habitamos.