En el corazón del barrio Oliver de Zaragoza, el CEIP Ramiro Soláns ha logrado una metamorfosis educativa sin precedentes. Pasando de ser catalogado como un ‘centro gueto’ a ser reconocido como el mejor colegio de España por la Fundación Princesa de Girona, este establecimiento ha demostrado que la educación puede ser el motor del cambio social.

Con una tasa de éxito escolar del 74% y reduciendo drásticamente los índices de fracaso escolar, conflictividad y absentismo, el Ramiro Soláns ha marcado un hito en la historia de la educación en España. Su enfoque se basa en el optimismo pedagógico, un ingrediente clave que ha revolucionado tanto la percepción interna como externa de la escuela.

Una comunidad transformada

María Carmen Marcos, testigo de la evolución del colegio a lo largo de los años, relata cómo el CEIP pasó de ser rechazado por la comunidad a convertirse en un hogar para muchas familias. Con una diversidad cultural en constante crecimiento, el colegio ha logrado integrar a más de 25 nacionalidades creando un ambiente de convivencia y respeto mutuo.

La directora Rosa Llorente destaca que la implicación de las familias ha sido fundamental en este proceso de cambio, donde estrategias innovadoras han logrado fomentar la participación y el compromiso de los padres en la educación de sus hijos.

Proyectos innovadores y emprendimiento social

El proyecto Hilvana, que promueve el emprendimiento femenino a través de la costura, es solo un ejemplo de las iniciativas que han fortalecido el tejido social del barrio. Las madres y abuelas de los alumnos no solo aprenden un oficio, sino que generan vínculos de solidaridad y apoyo mutuo.

Además, la educación emocional y la formación integral son pilares fundamentales en el Ramiro Soláns. Desde clases de Robótica hasta proyectos de concienciación social, los alumnos desarrollan habilidades que van más allá de lo académico, preparándolos para enfrentar los desafíos del siglo XXI.

Un legado de esperanza y transformación

El CEIP Ramiro Soláns es mucho más que un colegio; es un faro de esperanza y un ejemplo de que la educación puede cambiar vidas. Con un equipo docente comprometido y una comunidad unida, este centro educativo ha demostrado que, con determinación y optimismo, se pueden superar las adversidades y alcanzar la excelencia.

En la entrega de los premios Princesa de Girona, el Ramiro Soláns se erige como un símbolo de superación y éxito educativo. Su historia inspiradora nos recuerda que, con pasión y dedicación, cualquier escuela puede convertirse en un referente de transformación social y educativa.