Corría el minuto 94 del amistoso ante el Sunderland y Matías Almeyda no paraba de dar indicaciones desde el área técnica. Tras el buen segundo tiempo de su equipo, el entrenador argentino no quería sumar una segunda derrota, aunque solo se trate de la pretemporada. Esa mejoría en el juego, con la aplicación de los conceptos que pretende imponer a su Sevilla, debía ir acompañada de un resultado que también refuerce al grupo.

Recuperar la autoestima y la confianza se convierten en el primer mandamiento de Almeyda, quien se ha topado con un equipo debilitado mentalmente tras dos temporadas complicadas en LaLiga.

Una victoria moral

Al marcar el gol del empate, Rubén Vargas desató la euforia en Almeyda y en todo el banquillo, celebrando el tanto como si se tratase de un partido oficial. Esta actitud contrastaba con la imagen mostrada en el primer amistoso ante el Birmingham, donde el equipo no logró transmitir la solidez deseada.

A pesar de la diferencia en el tiempo de preparación con los rivales, Almeyda valoró el progreso en el juego de su equipo, destacando la implementación de sus tácticas en el segundo tiempo.

Competencia interna y mentalidad ganadora

El retorno de los internacionales ha elevado la competencia interna en el Sevilla, un elemento clave para potenciar el rendimiento. Almeyda enfatiza la necesidad de superarse a uno mismo y demostrar constante mejoría para asegurarse un lugar en el equipo titular.

El entrenador argentino también hace hincapié en la importancia de despejar la mente de los jugadores, buscando cambiar la mentalidad que los ha bloqueado, promoviendo la unión del equipo y el apoyo de la afición.

Debut prometedor de Suazo

El empate frente al Sunderland permitió el debut de Gabriel Suazo, quien demostró adaptación y entrega desde el primer minuto a pesar de tener pocos días con el equipo. Su asistencia en el gol del empate resalta su calidad y aportación inmediata al Sevilla.

La dirección de fútbol confió en Suazo por su experiencia y carácter, cualidades que ya comienzan a reflejarse en el campo, marcando un inicio prometedor en su nuevo club.

Conclusión

Matías Almeyda se presenta como un líder comprometido en la recuperación de la autoestima y la confianza de su equipo. Con un enfoque claro en la competencia interna, la mentalidad ganadora y la adaptación rápida de nuevos talentos como Suazo, el Sevilla se encamina hacia una temporada de desafíos con un espíritu renovado.